Círculo vicioso
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- Escrito por Luisa Etxenike
- Categoría de nivel principal o raíz: Colaboraciones
"Coja un círculo —escribió Ionesco—, acarícielo, y se convertirá en un círculo vicioso". Creo que la imagen de un círculo girando siempre alrededor del mismo eje o tema representa muy bien la realidad y/o las inclinaciones de nuestro debate público. Y por eso me parece tan oportuno aquí Ionesco, cuyo corrosivo humor pone el dedo en la llaga de las "caricias" de cada cual, esto eso, de cómo se contribuye a la instalación de circularidades viciadas.
Después de cincuenta años de terrorismo —que se escribe pronto pero significan innumerables tragedias o pérdidas: personales y sociales, materiales y morales, económicas y creativas— después de cincuenta años de terrorismo ¿no tendría que ser nuestro debate público ambicioso y ancho?, ¿que orientarse en múltiples vías y sentidos; que componer una imagen lo más contraria posible a la de un círculo encerrado en sí mismo? ¿No tendría que reflejar por la libertad de sus planteamientos, la libertad por fin recuperada? Yo creo que sí, que en este momento excepcional nuestro debate público-político tendría que estar ocupado en una pluralidad de análisis e interrogaciones fundamentales: cómo ha afectado, por ejemplo, el terrorismo al tejido social y de convivencia; o a nociones tan básicas del ejercicio democrático como la libertad y/o naturalidad de expresión o la ocupación del espacio público. O cómo se deshace una sociedad del miedo y sus retraimientos; cómo recupera espacios de desenvoltura y confianza.
O en cómo devolver al respeto por las reglas del juego democrático a quienes las han desafiado durante tanto tiempo (basta con ver la colocación extralimitada de la propaganda en apoyo de Amaiur durante las pasadas elecciones para medir la tarea de democratización aún pendiente). Tendríamos que estar debatiendo también sobre cómo transmitir a las generaciones futuras lo sucedido, y elaborando para ello, abiertamente, materiales didácticos. Y buscando mecanismos para recuperar todo el talento perdido o deslocalizado en estos años. Y para alentar la investigación histórica y la creación artística. Y naturalmente tendría que estar ocupado nuestro debate público en determinar cuáles son las formas que debe adoptar el reconocimiento a las víctimas del terrorismo: el de la sociedad vasca como conjunto; pero también y sobre todo el que deben asumir los victimarios y quienes les han apoyado durante decenios.
Y sin embargo de todo lo anterior se habla poco o nada. De lo que sí se habla y en extenso es de los derechos de los presos. Tras cincuenta años de terrorismo, la situación penitenciara de los terroristas es lo que centra ahora el discurso público, mientras otras muchas cuestiones esenciales no se abordan. No puedo dejar de lamentarlo; y que este debate monotemático reciba caricias de casi todas partes y se esté convirtiendo así, en un momento en que lo que se necesitan son aperturas intelectuales y refundaciones morales, en un cerrado círculo vicioso.
Artículo aparecido en 16 de enero en El País.
'Radio París' (13 de enero 2012)
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- Escrito por Francisco Javier Irazoki
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No es infrecuente el caso de los escritores favorecidos por su residencia en ciudades extranjeras. Acabo de conocer a tres de ellos. Coinciden en una visión sin límites nacionales, en el trato refinado, en las ventajas de la incertidumbre. Uno, Andrés Neuman, nacido en Argentina, con ancestros alemanes, italianos y judíos, vive en Granada desde la adolescencia. Su ingenio salta con la rapidez adquirida en una familia de músicos nómadas y se remansa entre bromas sutiles. Luego empuña en cada página el testigo cosmopolita de Julio Cortázar. Cerca de Neuman, la poeta Erika Martínez transmite análisis apoyados por una cultura selecta. Parece a salvo de los aspavientos y rotundidades cuando reflexiona sobre las obras literarias de Latinoamérica e investiga en la Sorbona. Por último, José Ovejero domina varios idiomas y el título de su primer libro de poemas, Biografía del explorador, ha sido premonitorio. Habla con los ademanes suaves de un hombre valiente. La elegancia de sus textos confirma que los bravucones se esconden en cuanto llega la hora desfavorable. Justo cuando la persona exquisita, sabedora de que el desprecio es incompatible con el conocimiento, da un paso al frente. Los tres escuchan sin el orgullo de quien se aferra a la tierra de origen y los tres huyen de las afirmaciones inapelables. Intuyo que su desasosiego creativo no puede disolverse en un grupo identitario. En las palabras que escriben e improvisan suena la enseñanza de los viajes: sus convicciones están firmemente asentadas en la duda.
Aparecido en El Cultural.
Deuda griega y viceversa
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- Escrito por Luisa Etxenike
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En cuanto elevamos el registro de nuestras lenguas, aparece el griego. Cualquier debate de materia científica, política o estética revela, en los conceptos y en el vocabulario, la presencia de ese idioma y de esa cultura que han aportado a la humanidad invenciones tan valiosas como la filosofía o la democracia. Los griegos clásicos nos enseñaron la ambición de (l) pensamiento y también la de no vivir juntos de cualquier manera, sino de un modo cada vez más organizado y justo.
Se ha hablado mucho durante el pasado año de la deuda griega. Y sin negar en nada la responsabilidad que cada país debe tener en la gestión de su economía, he encontrado francamente decepcionante la visión ultramaterialista y unidireccional que se ha aplicado al asunto; he echado en falta al lado de esa mirada contable, centrada en la pura y dura constatación del "agujero" financiero de ese país, más voces que plantearan la noción de "deuda griega" también al revés o en viceversa, reconociendo la deuda que la humanidad en general y Europa en particular tiene con Grecia. Ver esa deuda en las dos direcciones me parece una buena manera de quitarle leña al fuego de las tensiones que amenazan ahora mismo la construcción y la armonía europea, y de echársela al fuego de los argumentos de unión, que nos recuerden que los europeos estamos hechos los unos de/con los otros, que nos debemos los unos a los otros rasgos, principios, estructuras fundamentales de nuestra identidad cultural, política y social.
"Conócete a ti mismo" es un principio griego clásico que Sócrates elevó a la categoría filosófica. Creo que en este momento un "conócete a ti misma" dirigido a Europa, un "recuérdate a ti misma" en tu pluralidad y mestizajes, sería una buena medida anti-crisis -otra palabra griega- que para los clásicos significaba también decisión. Hacen falta, como nunca, decisiones de unión europea. Porque los mercados financieros no sabemos al detalle lo que son; pero sí, que su avidez desconoce los límites y la empatía; y que su agresión tiene consecuencias arrasadoras. Y sabemos además que si han llegado a estos extremos de "poderío" es porque se han beneficiado de renuncias y/o sumisiones de lo político frente a lo económico; y de que muchos de los avances en la construcción de la Unión Europea (y la zona euro) han sido más de forma que de fondo; más de cuerpo institucional que de alma ciudadana.
Es tiempo de abordar el fondo de todos los asuntos; tiempo de apostar por el alma íntima de la unión europea. Y considero que una buena manera de hacerlo es incluir en el debate público diario, frente al deprimente diagnóstico de los déficits y las deudas, el estimulante recordatorio de las aportaciones comunes, de las reciprocidades, las interdependencias, los viceversas reconocibles a lo largo de la Historia europea, que nos han sacado de muchas y que nos sacarán sin duda, a poco que nos pongamos a consolidarlos y aprovecharlos, de ésta.
Aparecido en El País el 9 de enero de 2012.
Las navidades vizcainas de 1937
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- Escrito por Ascension Badiola
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EN diciembre de 1937 ya habían transcurrido tres meses desde que el Euzko Gudarostea hubiera entregado las armas y caído en manos de los rebeldes y, seis, desde que las tropas de Franco entraran en Bilbao, un 19 de junio. La estampa carcelaria en Bizkaia, al igual que en el resto de territorios caídos en manos de los sublevados era impresionante.
Se puede afirmar que en aquellos años oscuros, Euzkadi y el resto de la geografía en manos de los rebeldes era una enorme prisión. El número de apresados para el periodo de finales de 1937 y primer trimestre de 1938, tanto en cárceles como en campos de concentración fue de 105.300 prisioneros, una cifra equivalente a toda la población de Araba en 1930. A este número hay que añadir los 200.000 vascos evacuados al extranjero o a la España republicana. En Bizkaia se cree que había 29.350 prisioneros, otros 6.300 vascos en Santoña, 2.461 prisioneros en el campo de concentración de Deusto y 3.486 en el de Urduña.
Las navidades del año 1937 fueron trágicas para los vascos recluidos tanto en Euzkadi como en otros territorios, en especial en Castro, Laredo y Santoña por la crudeza de la guerra, que se manifestó en el número de muertos en el frente, en el de enfermos por las carencias sustanciales a un conflicto bélico, o en las penurias que tuvo que soportar la población civil con motivo del racionamiento de víveres y productos básicos, pero sobre todo, lo fueron para los cientos de soldados nacionalistas y republicanos que estuvieron recluidos en las distintas prisiones a cargo de la Dirección General de Prisiones en territorio sublevado, tras pasar por un Consejo de Guerra y para los miles de hombres que pasaron por campos de concentración sin juicio previo alguno, a la espera de ser reclasificados, conducidos a otros campos, sometidos a la auditoría de guerra o enviados a batallones disciplinarios de trabajo. El sufrimiento en sus distintos escalones iba desde el temor a ser elegido en una saca para entrar en el siguiente grupo de ejecución al amanecer, hasta aspectos tan elementales como recibir comida, que también fue utilizado como forma de castigo.
COMIDA ENTRE LA ROPA Un capellán recluido en El Dueso relató en un diario: Durante los cinco primeros meses estuvo terminantemente prohibido recibir alimentos del exterior. Quizá por eso el alborozo fue grande cuando para las navidades de 1937 se permitió que las familias pasasen toda la comida que quisieran, escondida en los sacos de la ropa. Los víveres enviados con enormes sacrificios y privaciones nunca llegaron a su destino. Fueron robados y repartidos entre los oficiales.
En la semana anterior a la Nochebuena el volumen de ejecuciones se elevó a 131 presos, entre ellos, la madrugada del 17 de diciembre fueron fusilados los oficiales de carrera del ejército de Euzkadi: Azkarate, Irezabal, Lafuente, Arenillas y otros diez más. La pérdida de esperanza y el desánimo de los prisioneros vascos se extendió, especialmente cuando comenzaron las ejecuciones de altos mandos del Euzko Gudarostea, que según el Pacto de Santoña eran los que habían recibido especial garantía de respeto a la vida.
Las primeras noticias esperanzadoras de que Franco admitiría comenzar a negociar canjes no llegaron hasta los primeros meses de 1938. El primer intercambio oficial firmado por Franco admitía el cambio de Miguel Primo de Ribera por el doctor José Bago Lecosaca, canje que encabezaba una lista de otros 23 prisioneros más por cada bando y que se realizó por conducto de la embajada británica en Hendaia. A partir de ese momento se comenzaría a instaurar el sistema de canjes que funcionó en los años siguientes y que salvó la vida de muchos condenados a muerte nacionalistas, socialistas, anarquistas y republicanos de todo signo.
Bilbao se convirtió en un gran centro de reclusión. Se utilizaron como centros de privación de libertad no solamente cárceles, como la de Larrinaga, sino que sirvieron para este fin las plazas de toros, los barcos, -estos ya se habían utilizado para encarcelar a presos derechistas en los años previos a la entrada de las tropas sublevadas- y otros muchos edificios: las escuelas (Cervantes y Tiboli entre otras); el colegio de Escolapios; el convento de El Carmelo u otros lugares como el edificio de Tabacalera en Iturribide. También se utilizaron casonas como el chalet de Orue, una mansión que había pertenecido a una familia nacionalista y que al quedar abandonada al comenzar la guerra se reutilizó para cárcel de mujeres.
De todas ellas, la más destacable fue la prisión de Larrinaga, hoy inexistente, y que se encontraba frente a lo que hoy en día es la casa Galera. Larrinaga fue mucho más que un centro de reclusión, puesto que allí se empezaron a trasladar los primeros prisioneros de Santoña para su ejecución y con el paso del tiempo, a medida que la auditoría de guerra iba confirmando las sentencias de pena de muerte, se convirtió en la antesala de todos aquellos que iban a ser fusilados o agarrotados. Paradójicamente, casi todos los testimonios coinciden en que el régimen carcelario de este centro, el día a día, no era especialmente duro con respecto al de otras prisiones.
Lo uno, lo otro y lo de más allá
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- Escrito por José Serna Andrés
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UNO anda un poco despistado con esto del tabaco y los porros, porque se dice que lo uno daña el pulmón y la garganta, mientras lo otro daña el cerebro. Y es preocupante la gran cantidad de asociaciones que existen en defensa del fumador, de lo uno y de lo otro. Nadie es quién para señalar a nadie, pero como también hay muchos millones de dinero público destinado a que el personal no coja gusto a la cosa y lo deje -adicción lo llaman-, pues no tenemos más remedio que hacer números y preguntarnos el porqué de tal tira y afloja.
Como la imaginación es libre, a uno le viene a la mente la escena de los dos burros que tiran de la cuerda en distinta dirección y no consiguen nada, solo sudar y sudar, sin más. Algo de eso sucede cuando se intenta afrontar estos problemas desde el punto de vista jurídico, pues el verdadero problema no es la criminalización o la despenalización. Y en el momento en que renunciamos a darle vueltas al mismo molino, o a estirar en dirección contraria, podemos ponernos de acuerdo y dirigirnos hacia el mismo objetivo: velar por la salud y la felicidad de las personas. Entonces se nos ve con la cara más relajada y, quizás, cumpliendo un poco más el objetivo. Aun así, el problema es que, aunque la cuestión de la salud viene a ser relativamente clara, la felicidad es harina de otro costal. Parece ser que se trata de algo más relativo. Hay quien afirma ser feliz fumando un cigarro, o saliéndose con la suya, o diciendo que nadie tiene que poner límites a su libertad. Y ahí estamos de nuevo. ¡Y pensar que habíamos acercado posturas!
Hay quien dice que nos atrae lo prohibido, y por eso insistimos tanto en plantear la cuestión desde el punto de vista jurídico, pero quizá lo que nos atrae es el exceso, que es otro punto de vista. Porque el alcohol es legal, pero hay personas que beben en exceso. ¿Qué es lo que nos atrae? ¿El precipicio? ¿El límite? ¿Cuáles son los mecanismos que estimulan el exceso en su consumo? Se buscan sensaciones fuertes, pero en un contexto banal. En la percepción de muchas personas el consumo de alcohol y de tabaco no trae consecuencias. Así que cuando se dice que el cannabis es tan peligroso como el alcohol o el tabaco realizamos un cóctel conceptual, pues cada producto tiene unas características propias.
El tabaco no es muy peligroso en términos psiquiátricos, pero hay muchísimas personas que mueren a consecuencia de su consumo. La marihuana consumida por más de cinco decenas de miles de chicos y chicas entre catorce y dieciocho años puede producir adicción, secuelas físicas, psicológicas y conflictos sociales, según afirman algunos estudios. Sobre el alcohol puede preocuparnos el aumento de atracones etílicos entre menores en los últimos tiempos.
Para aterrizar un poco más, no es mal planteamiento que sobre todo se enfoque la preocupación por el consumo de estas sustancias entre chicos y chicas jóvenes, y quizá ni siquiera debamos entablar un debate sobre buena o mala peligrosidad porque, al parecer, es preferible hablar de comportamientos de consumo en determinados ambientes. Pues hay ambientes juveniles, cada vez más infantiles, en los que aumenta el consumo de alcohol, tabaco y cannabis. Además ya no se trata de consumo, sino de poli-consumo. Tres -o quizá más- en uno. Se trata de ambientes en los que se consume de lo uno y de lo otro, y más allá aún. Se identifica con fiesta y ya está. O se consume para olvidar problemas, y se sigue igual tras la resaca, o se consume para ser como las demás personas, ¡menuda personalidad! Y reconozcamos que determinados consumos se asocian a claves culturales que en un momento determinado se identifican con estar en la cresta de la ola, lo más de lo más. Y eso tiene una verdadera influencia.
Ya sabemos que la educación es un proceso y ni siquiera en el campo educativo hay una varita mágica que lo resuelva todo ¿Cómo y quién osa afrontar el modelo actual de irse de fiesta? Por otro lado, una misma medida ni siquiera tiene los mismos efectos en todos los casos. La autoproducción de alcohol, por ejemplo, ha sido una solución en algunas situaciones personales, pero en otras ha agravado un alcoholismo crónico. Por eso, conviene que en estas cuestiones, como en otras, seamos un poco más cautos a la hora de pronunciarnos. Aun así, uno no se resiste a dejar de citar a Confucio cuando decía que los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos. Podemos mirar hacia otro lado porque, al fin y al cabo, no es más que una frase antigua, pero por lo visto, cinco siglos antes de Cristo existían los mismos problemas que hoy. Y también existían desavenencias a la hora de definir determinados conceptos.
Aparecido el 27 de diciembre en Deia.