'Red de protección'
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- Written by Luisa Etxenike
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En el frontis de muchos ayuntamientos de Francia figura el lema Liberté-Egalité-Fraternité. No sé si la gente que pasa por delante o que entra en esos edificios se fija en la inscripción, ignoro también el grado de adhesión o de confianza activa que ésta les inspira. Pero estoy convencida de que si mañana alguien decidiera quitar esas palabras de ahí, se encontraría con una oposición firme, insuperable. Porque ese lema y su visibilidad al frente de la casa común constituyen un símbolo que, incluso interpretado a mínimos, tiene un extraordinario valor. El valor de un principio fundamental, fundacional que le pone al trajín de la vida social, que tantas veces es un equilibrismo de altura, una red de protección por debajo; una red que garantiza que ciertas fronteras de desamparo no se van nunca a traspasar, que nadie va a caer nunca al vacío y estrellarse.
No voy a detenerme hoy en que, a lo largo de estos años terribles, hemos visto en las fachadas o cercanías de algunos de nuestros ayuntamientos mensajes que constituían una contradicción y un desafío brutales a cualquier noción de libertad, igualdad y desde luego fraternidad cívicas. No voy a detenerme en esa oscuridad para centrarme en la claridad con la que desde la fachada, por ejemplo, del ayuntamiento de San Sebastián se ha dicho "ETA NO", en un cartel que si no es el original francés, puede verse como un resumen de esencia y emergencia del mismo. Decir no al terrorismo desde la casa común es afirmarse colectivamente a favor de la fraternidad, la libertad y la igualdad de todos; o lo que es lo mismo, condenar cualquier agresión que contra ellas se dirija.
Ha sido noticia estos días que, en una de sus primeras intervenciones oficiales, el nuevo alcalde de San Sebastián había acudido en moto a unas jornadas sobre transporte urbano. No creo que lo más reseñable sea esa moto (supongo que la prensa ha querido subrayar la ironía que supone la representación motorizada de la sostenibilidad); lo más noticiable me parece el hecho de que Juan Karlos Izagirre ha podido desplazarse hasta allí sin escoltas, como lamentablemente no pueden hacer aún muchos de los cargos electos de Euskadi. Mientras ETA no desaparezca no habrá aquí igualdad entre los representantes políticos de los ciudadanos, esto es, entre los ciudadanos mismos. Que remediar esa desigualdad debe ser el primer objetivo de nuestra convivencia y la primera responsabilidad de los dirigentes políticos de nuestra democracia me parece evidente.
Por eso espero que el cartel de "ETA NO" no desaparezca de la fachada del ayuntamiento de San Sebastián —ciudad en la que la banda terrorista ha asesinado a cien personas— hasta que la propia ETA haya desaparecido. Y si, como se ha anunciado, el nuevo gobierno donostiarra decide finalmente retirarlo de allí, que su gesto encuentre una oposición ciudadana firme e infatigable; una apretada red social de protección contra ese vacío de principio.
Artículo aparecido en la edición para Euskadi de El País.
¡Hola!
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- Written by Pedro Ugarte
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Llegas a la puerta del ascensor, encuentras a dos tipos que aguardan la arribada del artefacto, y como no hay razón para que sigan dándote la espalda, te dices a ti mismo que el hombre es ser social, que ha ideado a lo largo de la historia innumerables formas de cooperación y que intenta, mal que bien, extirpar la violencia mediante vínculos de confianza recíproca. Con lo cual, y más allá de lo que puedan decir o no decir, y escribir o no escribir, antropólogos, psicólogos, sociólogos y juristas, y aunque los miembros de tu especie que esperan el ascensor siguen dándote la espalda, aclaras la garganta y, con tono animoso y solidario, profieres lo siguiente: ¡hola!
De pronto todo enmudece, las leyes físicas y químicas que gobiernan el planeta se suspenden un momento y acaso, como en el célebre cuento de Borges, el tiempo se detiene y Jaromir Hladík, el condenado a muerte, comprueba cómo el vuelo de una mosca se detiene en el aire. Porque, en efecto, nadie ha respondido a tu saludo. Estás en Euskal Herria: dices hola a un desconocido y a este no se le ocurre otra cosa que reproducir la bíblica estampa de la mujer de Lot, a modo de estatua de sal. Sientes un horrible sentimiento de vergüenza, y te dices: Dios mío, ¿y ahora qué? ¿Cuál debe ser la siguiente acción que emprenda? ¿Cuál la siguiente palabra que pronuncie en el ascensor ante estos, mis congéneres, que me han dejado con la palabra en la boca? Parece que aquí no se saluda si no te han presentado, y como tampoco se presenta aquí a cualquiera, la urbe vasca es una colección de rostros inhóspitos y hostiles, que pasan poseídos por un inenarrable complejo de vergüenza, complejo que les impide, ora saludar en la escalera, ora entrar en trato carnal.
De nada han servido dos siglos de intenso mestizaje, toneladas cúbicas de sangre española trasladada a nuestras venas, mediante la motobomba de la historia. El pueblo castellano tiene fama de estricto, poco dado a las efusiones mediterráneas, de modo que la trasfusión sólo ha servido para apuntalar nuestra rudeza, esa que se descubre también en cualquier cafetería cuando entras diciendo ¡hola!, y el tipo de la barra se te queda mirando como si meditara asesinarte o sólo partirte la cara. Sí, de hoscos que somos, basta que una chica latinoamericana te diga "Hooola, mi amooor", para que pienses, entre ofendido y esperanzado: "Me está buscando, me está buscando y... maldita sea, me va a encontrar". Absurda elucubración porque ella, sencillamente, sólo quería agradar, pulsión que nosotros desconocemos.
Este artículo es antropología propia del National Geographic: te acercas al ascensor, y hay dos vascos, y dices ¡hola!, y nadie dice nada, por si acaso. Suerte que casi no nos reproducimos. Heredará esta tierra otra gente. Y aunque no hay razones para conjeturar que sean mejores que nosotros, sí podemos asegurar otra cosa: serán mucho más amables.
Artículo aparecido en El País el 11 de junio.
Presentación de 'La logia y la ley del deseo'
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El próximo lunes 20 de junio, a las 19:00 horas, en FNAC Bilbao (Alameda de Urquijo, 4) el escritor Javier Otaola presentará su nuevo libro La logia y la ley del deseo (Atanor Ediciones). En este libro se trata una doble visión de la masonería: por un lado como método de crecimiento personal y búsqueda interior alrededor de la metáfora de la construcción; y por otro, la de llegar a producir un pensamiento mediador en la sociedad, capaz de establecer puentes, abrir puertas y ventanas entre hombres y mujeres de diferentes horizontes espirituales o políticos. Cuando Javier Otaola habla de ‘La ley del deseo’, se refiere a que esta “establece que nuestro ser llega a tener la hechura de aquello que deseamos”.
Círculo infernal
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- Written by Luisa Etxenike
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Dante puso a las puertas de su Infierno un cartel que invitaba a perder la esperanza. Y precisamente un infierno describió el jueves en San Sebastián, durante una conferencia, Godelieve Mukasarasi, responsable de SEVOTA, una organización que se ocupa en Ruanda de las mujeres que, durante el genocidio que asoló ese país, fueron víctimas de violaciones y agresiones sexuales. No reproduciré aquí los pormenores del tormento que esas mujeres padecieron -sus testimonios recogidos en un video merecen difundirse a través de los medios de comunicación e incluirse en nuestros programas educativos-, sólo las marcas que las agresiones dejaron en ellas: mutilaciones, enfermedades (la mayoría fueron infectadas con el VIH), traumas psíquicos, estigmas sociales, y la abrumadora realidad que suponen los hijos nacidos de aquellas violaciones y que hoy, además, nadie quiere "socializar", que son rechazados en sus comunidades como "portadores de desgracia" o "hijos del odio".
Dante invitaba a perder cualquier forma de esperanza porque lo propio de aquel infierno era durar eternamente. El mismo día en que Godelieve Mukasarasi presentaba su ponencia, se publicaba que el fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya acusa a Gadafi de ordenar violaciones en masa de mujeres y de haber distribuido entre sus tropas medicinas similares al Viagra para fomentar esas agresiones sexuales. Ambos sucesos son en sí mismos y por separado espeluznantes. Pero juntos, unidos en esa coincidencia, resultan todavía más brutales, porque expresan la "eternidad" que afecta a la violencia contra las mujeres, una violencia que no sólo se produce sin cesar, sino que lo hace con una infernal identidad en los términos.
A pesar de que el voluntarismo de muchos discursos dibuja la lucha contra los crímenes de género como una línea recta, como una progresión que va dejando atrás lo peor, la realidad es que la figura que estos crímenes componen se parece más a la de un círculo donde los avances y los retrocesos giran juntos, o lo que es lo mismo, donde los retrocesos se sitúan también por delante. En el terreno del sexismo, de la violencia contra las mujeres no vamos aquí a mejor. No indican que vayamos a mejor ni las estadísticas anuales de asesinatos, ni las que señalan que un tercio de las víctimas y de los verdugos de género son jóvenes. Ni el que nuestra sociedad siga manteniendo en este asunto una postura desapegada, indiferente, cuando no tolerante: a pesar de las decenas de muertas cada año, sólo un 3% de los españoles considera que la violencia de género es un problema social grave. Esta cifra estremece por sí sola, pero unida a otras, al 1,9% que considera que la violencia machista es aceptable en algunas circunstancias, al 5,9% que ve aceptables las agresiones si tienen lugar en una separación en que el hombre es abandonado por la mujer, unida a otras esa cifra dice más: dibuja con más precisión el círculo y el infierno.
Artículo aparecido en El País.
Las mariposas del valor
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El jueves 16 de junio de 2011, a las 8 de la tarde, mesa redonda y debate 'Las mariposas del valor', título que ha dado la plataforma cultural tdieciseis (C/ Juan de Labrit 11 • Pamplona) a su próximo acto, basado en el libro Andrómeda Encadenada de la poeta Fátima Frutos y que ha conseguido alzarse con el prestigioso Premio Internacional Kutxa Ciudad de Irún 2011.
Irena Sendler fue una enfermera polaca que salvó a más de 2.500 niños en la II Guerra Mundial, Candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007. Carolina Coronado fue una extraordinaria escritora, de intensa vida e ideales que defendía a los liberales castigados. Fátima Frutos va desgranando la vida de varias mujeres que lucharon con y por su dignidad. Novalis o Hördelin, grandes maestros de la lírica alemana también se hacen presentes en este libro.
Este acto cultural se celebra dentro del marco de la exposición de pintura y escultura del artista alemán Gerhard Hexel, muestra que se mantendrá abierta al público hasta el domingo 26 de junio.