Santiago Liberal, nuevo socio
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El poeta baracaldés Santiago Liberal ha entrado a formar parte de la AEE/EIE como nuevo asociado. Nacido en 1957, escribe poesía y relatos desde los 18 años, formando parte de la Asociación Artística Vizcaína. Su primer libro se editó en 2008 en colaboración con el poeta judío Josep Portnoy. Posteriormente ha publicado los poemarios Sueños de amor y Amalgama. A finales de este año editará su tercer libro de poemas, Híbridos.
'Réplica de convivencia'
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- Written by Luisa Etxenike
- Parent Category: Colaboraciones
Visitó hace unos años Euskadi, invitada por el Encuentro de Escritoras de San Sebastián, la autora bosnia Hanifa Kapidzic-Osmanagic. Ella nos contó, entre otras cosas significativas y emocionantes, cómo un grupo de escritores, desafiando las bombas que en ese momento llovían sobre Sarajevo, se reunió para fundar la sección bosnia del Pen Club Internacional. Que alguien salga de su casa en pleno bombardeo, es decir, arriesgue su vida para crear una asociación cultural, habla del valor que esa persona le otorga a la Cultura y de la responsabilidad que se reconoce en ella. Y nos recuerda que de lo que la Cultura trata es de asuntos tan capitales como la libertad humana. Porque creo que "apuntarse a un bombardeo" en el sentido más dramáticamente literal, es sentirse y manifestarse libre, esto es, capaz de oponerse a quienes quieren mantenernos encerrados en casa, confinados en la angustia y el miedo.
En Euskadi tenemos también, lamentablemente, la experiencia de las bombas; y la experiencia, desde luego, de quienes han querido durante decenios mantenernos encerrados en el temor y la inacción. Por eso entre nosotros algunas palabras, como por ejemplo Cultura, tienen o merecen tener un sentido más hondo, más vivo y más urgente. Y creo que ésa es la razón fundamental por la que San Sebastián ha sido elegida para ser la Capital Cultural Europea en 2016. El jurado ha debido de comprender la hondura simbólica que supone el que la representación cultural de nuestro país en Europa se haga desde Euskadi. Y ha debido de entender también la responsabilidad que San Sebastián asume y se reconoce al darle a su proyecto-concepto de Cultura el valor de instrumento para la convivencia.
Escribió Walter Benjamin que en un buen relato siempre encontramos algo que nos sirve para la vida. Creo que pasa lo mismo con los buenos proyectos culturales, que siempre contienen algo que nos puede ayudar a vivir mejor, más creativa, lúcida, felizmente. Las propuestas del resto de las ciudades candidatas son sin duda importantes (y ojalá el proyecto donostiarra sepa hacerlas convivir con el suyo) pero hay que reconocer que la candidatura de San Sebastián presentaba un valor añadido. Un plus de "peligrosidad", determinado por su experiencia de decenios de violencia; y otro, por ello, de ambición cultural, en el sentido de confianza en la capacidad de la Cultura para darle a esa tragedia un vuelco democrático.
Todas las candidaturas son valiosas; pero en la de San Sebastián están más cosas en juego. Su proyecto de capitalidad cultural aparece por ello más vibrante, más osado. Se presenta como dispuesto a encarar la dura experiencia de más de treinta años de erosión cívica y de violencia; con la crudeza de sus huellas y la exigencia de su memoria. Dispuesto a atravesar esa extensión inhóspita -como los escritores de Sarajevo cruzaban las calles en pleno bombardeo- para fundar del otro lado su réplica de convivencia.
Artículo aparecido el 18 de julio en El País.
'En pro de la mezquita'
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- Written by Pedro Ugarte
- Parent Category: Colaboraciones
El asunto ha desencadenado, en Bilbao, un conflicto áspero y ruidoso. Y para que nadie diga que me meto donde no me llaman, empecé a reflexionar el otro día no ya sobre lo que opinan o dejan de opinar los que no quieren tener una mezquita debajo de su casa, sino sobre lo que opinaría yo si vinieran a ponerme una debajo de la mía. Y como no tengo ningún derecho a prejuzgar la vida de otras personas, ni siquiera a juzgarla, en tanto no cometan infracciones, entiendo que no existen argumentos para prohibir una práctica pacífica y privada, por mucho que me disgusten las chilabas.
Lo que sí sé es cómo se vive a unos doscientos metros de un campo de fútbol, al pie de una popular zona de tabernas. Cada vez que hay partido aquello se pone irrespirable. No digamos si gana el equipo local. Entonces la gente bebe aún más alcohol del que bebe cuando pierde y, según se sabe, todo lo que se bebe se debe desaguar. Recuerdo el infausto día en que el equipo en cuestión jugó un partido precisamente la misma noche de Reyes. La coincidencia de ambos eventos compuso, en la zona en que vivo, la Tormenta Perfecta.
Eran de ver las largas hileras de muchachos orinando impetuosamente en la bajada de un garaje, o las chicas que configuraban hileras no menos largas entre los huecos de los coches, se bajaban el tanga, se subían la falda y dejaban unos largos, caudalosos, prácticamente oceánicos, surtidores de orín sobre el asfalto. No debió de pasar mucho tiempo cuando empezaron las vomitonas. Y en este campo hay que reconocer que las políticas de igualdad han liquidado los otrora repugnantes privilegios masculinos. Ahora las chicas vomitan en mi acera que da gusto, de modo que unos y otras infestan la vía pública con su orín oxidante, mientras que unas y otros regurgitan, doblado el espinazo, hasta la primera papilla: las meadas, las vomitonas, y seguramente también las menstruaciones, configuran un tósigo infernal que, bien es cierto, las madrugadoras brigadillas de Azkuna eliminan de las calles antes de que las primeras ancianas salgan a misa de nueve.
No estoy seguro de que una mezquita pueda hacer del mío un barrio degradado, pero apuesto el brazo izquierdo a que no puede ser peor que tener a doscientos metros de distancia un campo de fútbol. La gente rechaza la apertura de un nuevo centro de oración monoteísta, pero tendrían que ver cómo se vive cuando acuden a beber bajo tu casa una multitud de chavales agnósticos, ateos, y supongo que todavía algún cristiano, cuando el equipo de sus amores afronta el enésimo, trascendental, insignificante, decisivo y prescindible partido del siglo o de la semana. Cuando hay fútbol, en mi calle se celebra una auténtica naumaquia de vómito y de alcohol. Y en esos momentos recuerdo, con vaga melancolía, que los musulmanes son abstemios.
Artículo aparecido el 16 de julio en El País.
Juan Infante en 'Pérgola'
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- Parent Category: Noticias
Entrevista a Juan Infante en el suplemento cultural 'Pérgola' del mes de julio, incluido en el periódico Bilbao:
"A veces las novelas surgen de la lectura de otras. Es lo que le ocurrió a Juan Infante tras acabar La jungla de asfalto, del escritor W.R. Burnett, en la que se teoriza sobre el atraco a un banco. “Me preguntaba cómo es posible que los americanos lo analicen todo, incluso sobre la posibilidad o no de robar un banco. Se hablaba en ella de la teoría de los dos minutos, el tiempo que tienes para llevar a cabo una acción antes de que la policía sea capaz de reaccionar”. Infante comenzó entonces a idear su novela en la que aparecía la bilbaína calle Ledesma, “cuando era pequeña y sucia y me fascinaban los convoys que llegaban al portalón del Banco de España”.
Y para ello nada mejor que recurrir a dos personajes ya empleados por Infante en El crimen de Cienfuegos, el sargento Puchades y el inspector Fabretti. Aunque en esta ocasión, Puchades, “esa especie de Torrente vasco”, aparezca sólo de forma marginal para dar paso a una inspectora de la Ertzaintza. “Hay gente que me dice que le gustan mis personajes y quizás por eso repito. Me parece que algunos pueden enlazar así con una novela anterior”. Incluso pensó en volver a María Urcelay, ese personaje un poco disparatado y yonki de Asesinato en Santurce, aunque finalmente vio que no tenía cabida.
Quince millones (Hiria) se convierte así en una obra “muy ligada a la ciudad de Bilbao, porque creo que existe una tradición que hace que la novela negra esté pegada a la ciudad. Lo hacía Vázquez Montalbán cuando en sus novelas aparecían locales muy de Barcelona, y lo hace también gente como Donna León o Ginénez Bartlett”. Además, Infante se halla a gusto en la novela negra, “soy lector y afionado, me encuentro cómodo escribiendo sobre robos o asesinatos. No me veo contando historias sobre mi vida personal”, señala.
En su nueva incursión narrativa incorpora algunas novedades que escapan de las calles bilbaínas. Uno de sus personajes es un abogado gaditano, un personaje interesado “en la manzanilla y en la música de Rocío Jurado”, apunta. “He pasado veranos en la bahía de Cádiz; tuve incluso dos clientes en las cárceles de la zona que me permitieron además describir los escenarios con conocimiento de causa”. Y plantear asimismo “esas relaciones entre diferentes cuerpos policiales más fáciles y fluidas de lo que la gente podría pensar”.
Todo ello en favor de una novela que conducirá al lector hacia una pregunta: ¿puede cometerse el robo perfecto? ¿Y puede la Ertzaintza impedirlo? Pero eso sólo se sabrá tras la lectura de estos Quince millones."
En honor a Francia
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La Asociación de Escritores de Euskadi/Euskadiko Idazleen Elkartea (AEE/EIE) estuvo representada ayer por su presidenta, Luisa Etxenike, y su secretario, Alex Oviedo, en la celebración de la fiesta nacional francesa que organizó el Instituto Francés de Bilbao. Didier Ortolland, Cónsul General de Francia fue el encargado de saludar a los invitados y de agasajar a las personalidades de la sociedad vasca que acudieron al acto. Al encuentro asistieron también los asociados Txema Soria (podéis leer su artículo en La Mirilla), José Ramón Blanco y Javier Otaola (fotógrafo de excepción).