Alvira entre telas
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Que Mikel Alvira es polifacético e inquieto es algo que ya pocos desconocen. El último paso es caminar con pies poéticos sobre telas pintadas y bolsos en una tienda. Hablamos con él para que nos lleve de la mano a lo largo de este nuevo proyecto.
¿Y ahora pinta telas y bolsos?
No es algo de ahora. Llevo mucho tiempo indagando en otros soportes. Es un intentanto de salir del folio o de la pantalla del ordenador. Escribo sobre telas vírgenes o ropa ya diseñada, sobre piezas de madera, sobre piedras o cristales... Incluso en muebles. No todo ha de ser publicable; existen muchos caminos para la expresión. Ahora preparo unos textos sobre cuerpo de mujer y el guión para un musical.
¿Cómo surge la idea?
Lo de las telas surge de la mano de la artista Rosa Puente, en su estudio de París. Ella esculpe a partir de materiales tan dispares como huesos o corsés. De allí nació la idea de escribir en otros soportes. Me agarró de la solapa, me llevó a un rastro de Montmartre y me empujó a explorar nuevos soportes. Después, con María Ángeles Vila, diseñadora, me lancé a confeccionar una colección de bolsos con la temática de mi poemario Cuatro Coma Cuatro y a escribir en sus lienzos.
¿Cómo afrontó este proyecto?
Como todo lo que hago: con emoción y ganas de aprender. Procuro no embarcarme en nada que no me aporte, que no me divierta. Ha sido una experiencia genial. María Ángeles Vila tiene su estudio en Roma, donde nacieron los bolsos. Su marca, junto con Stella Casta, se llama Le Sorelle Carillon. Lo de crear un conjunto de bolsos ha sido fascinante. Lo de pintar en lienzos y telas, excitante: por primera vez me he manchado las manos de tinta para plasmar un poema.
Entre este evento de telas y bolsos está un poemario, ‘Cuatro coma cuatro’…¿También poesía?
Hay quien dice que soy, sobre todo, poeta. No sé. No me planteo ninguna etiqueta; me da igual. Lo que sí sé es que la poesía me acompaña tanto o más que la prosa. Solamente tengo publicados dos libros de poemas, Eterna Mujer Eterna y éste que presento con los bolsos, Cuatro Coma Cuatro. Últimamente mi poesía campa por otros soportes
¿Es un género que cultiva con regularidad?
Es raro el día que no cae una frase, un par de versos, una estrofa. A veces habitan las libretas sin mayores pretensiones; otras veces llegan a una camiseta o un delantal o unas zapatillas, como los proyectos que saqué adelante con la diseñadora portuguesa Diná Pedro de Oliveira. La cosa es seguir haciéndose preguntas y dejando que afloren aunque no encontremos respuestas.
¿Va a volver a la novela?
¡Claro! No puedo abandonarla. De hecho acabo de terminar la que será mi próxima novela. Más de quinientas páginas donde me doy una vuelta de tuerca. Ahora está en la fase de barbecho y dentro de quince días empezaré la fase de corrección y desbroce. ¿Volver a la novela? ¿Y cuándo la he dejado?
Nuevo paso de Kepa Murua
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Lo veíamos esta semana pasada en las redes sociales. Kepa Murua publica una novela. La editorial El desvelo va a editar 'Un poco de paz' lo que supone la primera incursión en este género narrativo del poeta guipuzcoano. Hemos querido preguntar directamente a Murua lo que supone esta noticia y que avance a sus seguidores lo que se van a encontrar en este libro de sugerente portada.
¿Es tu primera novela?
Después de haber publicado una veintena de libros de poesía, ensayo y arte, así como la primera parte de mis memorias de poeta metido a editor, con el título, "1996-2004 Los pasos inciertos", en breve se publicará mi primera novela: "Un poco de paz", que si bien fue escrita hace unos años, sale a la luz cuando cumplo 50 años.
¿Qué Kepa Murua vamos a encontrar en esa novela?
Intuyo que con "Un poco de paz" me adentro en la narrativa, con lo que mi escritura amplía un poco más su campo de acción. Encontraremos por lo demás una obra con registros diferentes, que se puede leer como una novela moderna, cuidada, con una música propia, pero que guarda un enigma para el lector y varias sorpresas más entre sus páginas.
¿Tiene fecha de publicación?
"Un poco de paz" llegará a las librerías en los últimos días de febrero.
Sara Morante. Ilustradora
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Porque hay más vida más allá de la soledad del escritor. Del vértigo de la página en blanco. De las dudas entre líneas. Hay otras voces, otros miedos, otros caminos que llevan a un mismo libro, a una misma historia, a muchos sentimientos. El primer laberinto que tomamos es la ilustración. Muchas veces subordinada y relegada a actriz secundaria en favor de la obra escrita, este otro lenguaje toma, cada vez más, el papel protagonista que merece. Sara Morante, actual Premio Euskadi de Ilustración por 'La Flor Roja' de Vsévolod Garshín (Nevsky Prospects 2011) nos lleva de la mano por su manera de trabajar y de sentir cada proyecto que emprende.
¿Recuerda el primer libro que ilustró?
'Señal', un poemario de Raúl Vacas con una mimada edición a cargo de Mundanalrüido. Está articulado en tres capítulos que contienen cerca de quince poemas y quince illustraciones cada uno; Pasión, Soledad y Muerte, como las heridas de Miguel Hernández. Fue mi primera experiencia como ilustradora y me lancé a la piscina, allá por el año 2009, con un trabajo que tenía mucha dificultad, ya que se trataba de interpretar poesía, siempre tan ambigua, con el añadido de ir dirigido a un lectores adultos. Disfruté y sufrí este trabajo durante un año y estoy muy contenta con el resultado, creo que fui afortunada, primero porque la editorial me escogió a mí, sin ninguna experiencia en la ilustración profesional, y segundo porque comenzar mi trayectoria ilustrando un poemario para adultos me ayudó a confirmar mi vocación y entrar en un campo en el que me siento muy agusto: la ilustración literaria para adultos.
(Y 2) Mª Eugenia Salaverri: "No sé lo que pasará con la crisis, pero escribir es una necesidad que se lleva dentro y para bien o para mal, seguiremos con nuestro trabajo"
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En una actividad tan individualista como la de escribir, ¿En qué puede ayudar la asociación?
La Asociación tiene que buscar soluciones a los problemas de los autores y apoyarles en sus intereses comunes. Por ejemplo, creemos que es importante digitalizar las obras libres de derechos de los asociados y constituir con ellas un escaparate virtual para difundirlas. También tenemos intención de impulsar la participación de nuestros asociados en las Ferias del libro, los stands de las librerías, las instituciones culturales y los medios de comunicación. Hemos potenciado nuestra web corporativa para dar más eco a las opiniones de los asociados. Se está realizando un video promocional en el que han participado cuantos asociados han querido y estamos estudiando propuestas para acercar la literatura vasca al ciudadano. También queremos crear lazos con otras entidades análogas y ofrecer nuestra colaboración a todos los organismos o administraciones que puedan ayudarnos a favorecer el conocimiento de la obra de nuestros autores.
¿La crisis puede convertir la literatura en un ‘ghetto’?
Los escritores siempre hemos vivido en una crisis permanente. Si miras la historia de la literatura, es rarísimo encontrar autores que vivieran bien. O simplemente, que pudieran vivir de su trabajo como escritores. Para sobrevivir, los escritores han desempeñado toda clase de oficios, algunos de ellos muy peregrinos. Kafka fue toda su vida agente de seguros. Bukowski no pudo dejar de trabajar como cartero hasta que tuvo 49 años. Melville escribió Moby Dick después de trabajar en un ballenero. Roberto Bolaño vivía de su trabajo como guarda nocturno en un camping. Colette abrió un salón de belleza cuando tenía ya 60 años. Orwell fue policía en Birmania, lavaplatos, vagabundo, maestro de niños. No sé lo que pasará con la crisis, pero escribir es una necesidad que se lleva dentro y produce mucha satisfacción, así que creo que los escritores, para bien o para mal, seguiremos con nuestro trabajo, porque somos muy capaces de sobrevivir a todo.
Mª Eugenia Salaverri: "Podemos impulsar acciones concretas, pero debemos estar al servicio de los asociados, apoyando sus iniciativas para que se hagan realidad"
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La Asociación de Escritores de Euskadi cuenta desde el pasado 27 de octubre con una nueva junta directiva. El nuevo equipo, formado por Roberto Herrrero, Elisa Rueda y Jose Ignacio Besga como vocales, Javier Maura como tesorero y Beatriz Celaya como secretaria lo lidera Maria Eugenia Salaverri como nueva presidenta. La escritora bilbaína, que sustituye en el cargo a Luisa Etxenike, valora en esta primera parte de la entrevista, la situación actual del entorno cultural y literario y las posibilidades de la AEE/EIE para visibilizar a sus asociados y asociadas.
¿Cuáles son las principales líneas de trabajo de la nueva Junta que Vd. preside?
Pretendemos que nuestros asociados encuentren en la Asociación un elemento de ayuda para llegar a la sociedad, para que se perciba en ella su presencia y se dé visibilidad a sus obras y a sus intereses. Hasta hace relativamente poco, los escritores e intelectuales eran un referente social capital, pero ese papel tan importante se ha desdibujado en los últimos años. Y nosotros pensamos que en una época tan complicada como ésta, la voz de los escritores, y de los pensadores en general, debe recuperar ese protagonismo.
¿Qué herramientas va a utilizar para conseguir estos objetivos?
Las que los asociados pongan en nuestras manos. Los miembros de la Junta consideramos que nosotros podemos impulsar acciones concretas, pero que por encima de ese papel debemos estar al servicio de los asociados, apoyando sus iniciativas y canalizándolas para que se hagan realidad. Afortunadamente, en esta Asociación hay imaginación e ilusión, algo importantísimo en todo momento, pero más en los tiempos difíciles.
¿En qué momento se encuentra, actualmente, la AEE/EIE?
Estamos expectantes, lógicamente, porque no sabemos qué camino van a tomar las instituciones con respecto a la Cultura. Por otra parte, los escritores estamos muy acostumbrados a ver que en cuanto hay que hacer recortes, las primeras miradas se dirigen siempre a la Cultura, como si fuera algo ornamental, sin interés real para la sociedad.
Además, hay datos concretos que no podemos obviar, como por ejemplo, que desde el principio de la crisis editorial, hace unos tres años, la venta de libros ha caído en un 20%. Aunque el aumento del IVA no ha afectado al libro de papel, que sigue con un tipo del 4%, los lectores recortaron sus compras cuando el IVA de otros sectores culturales subió al 21%. Claro que también ha bajado la asistencia al cine, a espectáculos, la venta de música… o sea, todas las ofertas culturales. Pero es un flaco consuelo para los escritores.