Prensa

Os paso las referencias aparecidas en The Jerusalem Post y Reuters de la publicación de Andrómeda Encadenada (Alberdania), libro de poemas de Fátima Frutos con el que obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Irún:

"It is abundantly evident that she could have been a truly deserving recipient of the (Nobel) prize, no question," said Fatima Frutos, winner of the 2011 Kutxa Ciudad de Irun Poetry Prize, ahead of an international field of 204.

"The visibility of such women needs to be vindicated, the ones who have been deemed secondary, who have had no recognition but deserve that and so much more."

Frutos also recalls Artemisia Gentileschi, an eminent Italian 17th-Century painter, and Spanish 19th-Century writer Carolina Coronado, who both struggled to achieve recognition in fields then dominated by men.

In addition, she pays homage, amongst others, to Carl von Weizsaecker, a 20th-Century nuclear physicist who later became a philosopher.

"I start out with the anecdotes and build on them with lyricism and poetry, to vindicate them verse by verse," she said. "It's not just about giving visibility to invisible women, but also to 20th-Century geniuses whose work has yet to shake up 21st-century consciences."

The prize-winning volume "Andromeda Encadenada" (Andromeda Enchained) takes its title from the Greek mythological princess who was chained to a rock, but who Frutos sees as an inspirational figure rather than a victim."

La última novela de Félix G. Modroño, La ciudad de los ojos grises (Algaida) analizada en el blog El universo de los libros. Os dejo algunos apuntes: "Son muchos aspectos a destacar (...) comenzando por su estilo. La narrativa del autor es impecable: precisa, clara y cuidada, lo que hace que sea un libro muy agradable de leer. (...) combina con maestría la tensión e intriga que lleva asociado cualquier thriller con el romance y los datos históricos".

Félix G. Modrño en Qué leer

Entrevista aparecida en Diario Vasco y firmada por Roberto Herrero.

"El donostiarra Fernando Aramburu está considerado como una de las voces más importantes de la literatura española actual. Residente en Alemania, regresa hoy a su ciudad para ofrecer dentro de las jornadas Literaktum 2011 una charla titulada 'Un viaje literario'. Su presencia coincide con la llegada a las librerías de su libro de relatos, 'El vigilante del fiordo'.

-¿Sobre qué va a hablar?

- No lo sé porque así lo he querido. Probablemente de literatura con el catedrático Juan Manuel Díaz de Guereñu. He acordado que no me adelante las preguntas y así me libro de responderlas con antelación.

- Con 'El vigilante del fiordo' (Editorial Tusquets) vuelve al cuento.

- Me gusta muchísimo escribir relatos y no lo hago continuamente. Por eso se me acumulan historias y las tengo que sacar. No son historias completas, muchas veces empiezo a escribir sin tener más que una imagen o puede que un final para el cual tengo que imaginar todo lo anterior. Me he dado cuenta de que los cuentos son la parte dura de mi literatura y no es algo deliberado. Los relatos me suponen cierta intensidad en el trabajo relacionada con obsesiones y preocupaciones que me siguen.

- ¿Estamos en cierta manera ante una continuación de 'Los peces de la amargura', donde se centraba en las víctimas de ETA?

- A menudo el final de un libro adelanta lo que vendrá en otro. El primer cuento de 'El vigilante del fiordo' podría haber estado en 'Los peces de la amargura' sin desentonar. A partir de ahí sigo por caminos diferentes, aunque no opuestos. No puedo dejar de fijarme en la gente que es asesinada o extorsionada. Es un tema muy fuerte dentro de mi literatura porque me plantea preguntas constantemente y trato de responder en forma literaria. Como son cuestiones muy serias y dolorosas no me permito frivolidades. Me tengo prohibido reírme del dolor ajeno. Si me río será del propio.

- Si el final de un libro adelanta el inicio de otro, ¿adónde nos lleva éste que termina con un relato sobre su propio entierro?

- Pues quizás a un vínculo entre la tragedia del vivir y el humor. Ahora noto que mi cesto de ideas se va llenando con historias en las que la desgracia humana, la vejez, la enfermedad, la muerte, se une a situaciones ridículas.

- El corazón de este nuevo libro son dos relatos, uno sobre el 11-M y otro sobre un atentado de ETA.

- Me gusta ese apelativo del corazón. El lugar que ocupan los relatos dentro del libro es deliberado. A esos dos sumaría otro en el que se trata de la relación entre un padre sexualizado y un hijo medroso.

- ¿Cómo ve la situación actual de la política vasca?

- Con los ojos de un señor desconfiado por naturaleza. Si comparo con épocas anteriores diré que vivimos en un momento de alivio, sin muertos en las noticias. Pero para mí la paz no sólo dejar de matar, aunque es un buen comienzo. La paz es convivir, salir a la calle sin temores, sin amenazas. Lamento no escuchar declaraciones de concordia ni de arrepentimiento. Habrá que ver si actitudes recientes son producto de una estrategia electoral o hay cierto arrepentimiento sobre la violencia. Veo dando lecciones de democracia a las mismas caras que antes postulaban la socialización del sufrimiento. Nunca he visto un caimán vegetariano. Habrá que esperar que caimanes que sólo comían carne hoy estén dispuestos a comer vainas.

-¿Le disgusta que se le identifique sobre todo con temas que tratan sobre terrorismo?

- Lo que me incomoda es que se me simplifique y si se me pone ese sello se está haciendo. No se ajusta a la realidad de mi obra.

Fernando Valls disecciona el último libro de relatos de Fernando Aramburu, El vigilante del fiordo:

El cuento es un género que Fernando Aramburu ha venido cultivando desde que empezó a escribir. El vigilante del fiordo es su tercer libro de relatos, tras No ser no duele (1997), recuérdese que su primera novela data de 1996, y el muy reconocido Los peces de la amargura (2006). Lo primero que llama la atención, en este nuevo volumen, es que algunas de sus piezas parecen desgajadas del libro anterior, pues en  “Chavales con gorra” y “Los vigilantes del fiordo” vuelve a ocuparse del terrorismo vasco, mientras que en “Carne rota” trata de los atentados del 11-M.

El primero muestra el miedo obsesivo que lleva a un matrimonio pudiente a huir sin descanso, acosados por ETA, en busca de un lugar para instalarse a vivir. El marido se siente constantemente “observado, perseguido, acorralado” por los chavales del título. Más ambiciosos, complejos y logrados resultan los cuentos que ocupan el centro del volumen: “Carne rota” y “El vigilante del fiordo”. En aquél, a lo largo de diez secuencias, separadas por blancos, se cuentan otras tantas historias que van enlazándose mediante el procedimiento de la concatenación (reiteración de la anadiplosis). En todas ellas se ocupa el autor de las trágicas consecuencias del atentado terrorista del 11-M, pero quizá destacaría tres de estas historias. La quinta, con la que podría hacerse un corto cinematográfico, en la que se relata el reencuentro de dos chicas que todos los días coincidían en el tren, sin llegar nunca a tratarse. Pero, tras el accidente, del que salen sanas y salvas, aunque a una le han quedado remordimientos por no haber prestado ayuda y a la otra una cicatriz, cada vez que vuelven a verse se abrazan, alegres por haber sobrevivido a la tragedia. En la octava historia, el narrador en tercera persona se alterna con el omnisciente, quien conoce la masacre que se avecina, para contarnos cómo un chico de rizos negros dejó en el tren 21.435 la mochila con los explosivos. Pero quizá sea la última secuencia una de las más patéticas, al mostrarnos la impotencia de Guzmán, quien tras observar la explosión desde su casa, se queda paralizado y ni siquiera se atreve a prestar ayuda, pues padece aún las secuelas de un reciente accidente de coche, del que fue responsable y en el que su padre perdió la vida.  “Carne rota” es, en suma, una narración de protagonista colectivo, compuesta por secuencias concatenadas que desde distintos puntos de vista nos proporcionan una imagen tan variada y precisa como emotiva de los atentados del 11-M, sobre sus consecuencias en las víctimas o en sus allegados, así como de las distintas reacciones que provocan en las gentes que se hallan cerca del suceso.

Toda la información en La nave de los locos.