Quienes apreciamos la calma y leemos el mensaje del polvo en el camino, escuchamos de vez en cuando a JJ Cale. Va bien para tardes apacibles en el silencio de julio, cuando los campos son por fin amarillos y el paisaje se debate entre el cansancio y la esperanza.
En 2009, el veterano e influyente músico de Tulsa –autor de hits con Cocaine–, publicó "Roll On", un nueva joya de su visión relajada de la composición y la interpretación. Economía de medios, clasicismo en las formas, sosiego en el resultado. Guitarras blandas, voz íntima, el piano que arpegia y el banjo que salta, una caja para sostener el ritmo y colaboraciones de lujo en temas puntuales, como la guitarra de Eric Clapton o la batería de David Teegarden.
Póngase cómodos. Escojan su sombrero preferido y saquen la silla de madera más vieja y olvidada que conserven en el trastero. Recuerden las viejas lecciones sobre el olor de la maleza seca y el tacto del alambre roñosa. Y viajen por el folk, el blues, el rock o el swing de la mano del artista esquivo que añora a sus amigos, que resiste pese a las curvas de la vida y que oculta su hogar tras la colina dormida.
Aparecido en la revista Espacio Luke de julio-agosto