Lo que son las cosas. Tiene que llegar la Semana Grande para que una incultaza como yo en materias deportivas sepa qué es una triatleta y quién es Virginia Berasategui. Porque la ves por la calle y simplente parece una chica monísima a la que le queda bien hasta el traje de pregonera, que mira que es difícil. Pero es que luego te enteras de que esa rubita es una especialista en Ironman, o sea, que la tía se hace 3,8 kilómetros nadando, 180 en bici y 42,195 corriendo, y se queda tan contenta.
Para esta ironwoman, un día de descanso consiste en correr sólo media hora y nadar sólo 2.000 metros. A mí sólo pensarlo me dan vahídos y para recuperarme tengo que tumbarme en el sofá y comerme una tableta entera de chocolate. Pero es que yo no soy muy de triatletismo. Soy más de trivago. O trivaga, para ser más exactas. Y luego pasa lo que pasa: que el espejo no miente. En este cochino mundo, lleno de mentiras, tenía que ser el espejo, precisamente, quien se empeñara en decir siempre la verdad. Con lo sobrevalorada que está la sinceridad.
Una amiga me contaba ayer, tomando un katxi en Mamiki, que había descubierto por qué tenía un cuerpo porno: por no ir al gimnasio, por no dejar las cervecitas, por no cortarse con las chuches… La pobre ha ideado un sistema para pesarse sin llevarse disgustos: se tumba en el suelo, levanta las piernas y sostiene la báscula en alto, con los pies. Así pesa poquísimo y cada mañana se lleva un alegrón.
Dice también que un buen sistema para adelgazar es ponerse desnuda y comer delante de un espejo. El método funciona, porque en seguida te echan del restaurante. Yo le dije que no se obsesionara tanto con el peso. Que hubo un actor, Archibald Leach, que fue rechazado por su delgadez, pero años después Hollywood le repescó por 450 dólares a la semana y le cambió su nombre. Y así fue como nació Cary Grant. Esta conversación nos dio tanta hambre que al grito de un día es un día, nos pedimos unos bocatas de lomo con pimientos, bocatas txosneros donde los haya, que sabían a gloria. En cuanto acaben las fiestas, nos apuntamos al gimnasio. Palabra de trivaga.
Artículo aparecido el 24 de agosto en El País.