El dragón con sus largas patas

gozoso por la loma cabalga.

“¡Cuidado!, -le gritó la amapola,

enfurecida-, casi me aplastas.”

 

El dragón con sus largas patas

gozoso por la loma cabalga.

“No te pisaré, nunca, flor hermosa,

tu elegante vestido rojo de gala.”

El dragón con sus largas patas

gozoso por la loma cabalga,

mientras, ufana, la amapola

entre la hierba verde destaca.


Gabriel Olamendi