Para los jóvenes españoles nacidos en los años cincuenta del siglo XX, la modernidad musical fue un ovni que vimos pasar entre las ondas de unos pocos programas de radio. El rock o el blues, y no digamos el jazz vanguardista, estaban sepultados en el folclor. Fernando Arbex y algunos otros luchaban por sintonizar con las corrientes del pop inglés. Hasta que Teddy Bautista, con su grupo “Los Canarios”, introdujo en nuestro país un soul que en nada desmerecía del mejor fabricado en EEUU. En España nadie ha cantado con tanta potencia y desgarro ese tipo de música, y la fuerza vocal de Teddy iba acompañada de clarividencia artística. Yo tenía dieciséis o diecisiete años cuando Bautista publicó En los bosques de mi mente, una canción vibrante y de estructura compleja, donde incluía varios compases de sintetizador. Los tribunales dictarán sentencia sobre las gestiones positivas o negativas de Teddy Bautista al frente de la SGAE, pero el talento del artista quedará fuera de toda sospecha.

 

Texto completo, editado por la Red de Bibliotecas de Navarra