Referencia a la exposición de Javier Mina que tiene lugar en la Sala Kutxa Boulevard. Aparece hoy en el Diario Vasco y la firma Teresa Flaño:
La exposición de Javier Mina (Pamplona, 1950) en la Sala Kutxa Boulevard, donde estará hasta el 5 de junio, muestra dos caminos diferentes del trabajo artístico que ha venido realizando en los tres últimos años. De ahí el título de la muestra, 'Suites Friedrich-Macke', en referencia al representante de la pintura romántica alemana del siglo XIX Caspar David Friedrich y al expresionista, también alemán, August Macke (1887-1914). «Hasta que no preparé la exposición no me di cuenta de que había estado trabajando, aunque no de manera consciente, en dos mundos paralelos, siempre basados en el paisaje. Por un lado están las acuarelas que son bastante vitalistas, con mucho color, muy directas. Y por otro las piezas con los objetos encontrados en la playa y en el monte, maderas desgastadas por el tiempo, el mar, la intemperie. que son muy sugerentes".
Cuando decidió exponer uno de los primeros pensamientos que tuvo hacia referencia a la 'Suite Vollard', una serie de grabados que Picasso dedicó a su editor. «Me dio la pista para titular mi exposición. Puede parecer un poco cursi y pretencioso, pero pensé en los dos pintores alemanes. Friedrich por la evocación a ese pintor romántico que siempre introducía una figura humana en medio de un gran paraje, consiguiendo mostrar lo sublime y melancólico de la naturaleza. Pero en lugar de apostar por la inmensidad del paisaje yo lo he llevado a las miniaturas». Son pequeños bosques, con un aire desolado, únicamente poblados por unas diminutas figuras que apenas se ven.«Respecto a las acuarelas, las podría haber situado bajo la advocación de cualquier cosa relacionada con la explosión de color, Gauguin, los fauvistas, pero Macke me atraía más para confluir con Friedrich». El resultado final es una moneda con dos caras: una de ellas es la naturaleza exuberante y productora, y la otra es más terrible y melancólica. «Dos suites que se complementan, como un tema y su correspondiente contratema en las composiciones musicales».Mina se confiesa como un pintor «de buen tiempo» para captar sus paisajes plagados de fuertes colores fucsias, rojos y púrpuras, «con toda la naturaleza en su esplendor».
El artista navarro leva bastantes años centrado en la acuarela, «una técnica muy complicada porque no puedes tener ni un error ya que es imposible corregirlo» Y aunque todas las pinturas corresponden a lugares reales, -Cristina Enea, Ulía, la orilla del Urumea, La Rioja, o Pamplona entre otros-, a los que ha acudido a realizar los bocetos, se convierten en figuras abstractas con sus formas silueteadas en negro.
La exposición de Javier Mina (Pamplona, 1950) en la Sala Kutxa Boulevard, donde estará hasta el 5 de junio, muestra dos caminos diferentes del trabajo artístico que ha venido realizando en los tres últimos años. De ahí el título de la muestra, 'Suites Friedrich-Macke', en referencia al representante de la pintura romántica alemana del siglo XIX Caspar David Friedrich y al expresionista, también alemán, August Macke (1887-1914). «Hasta que no preparé la exposición no me di cuenta de que había estado trabajando, aunque no de manera consciente, en dos mundos paralelos, siempre basados en el paisaje. Por un lado están las acuarelas que son bastante vitalistas, con mucho color, muy directas. Y por otro las piezas con los objetos encontrados en la playa y en el monte, maderas desgastadas por el tiempo, el mar, la intemperie. que son muy sugerentes".
Cuando decidió exponer uno de los primeros pensamientos que tuvo hacia referencia a la 'Suite Vollard', una serie de grabados que Picasso dedicó a su editor. «Me dio la pista para titular mi exposición. Puede parecer un poco cursi y pretencioso, pero pensé en los dos pintores alemanes. Friedrich por la evocación a ese pintor romántico que siempre introducía una figura humana en medio de un gran paraje, consiguiendo mostrar lo sublime y melancólico de la naturaleza. Pero en lugar de apostar por la inmensidad del paisaje yo lo he llevado a las miniaturas». Son pequeños bosques, con un aire desolado, únicamente poblados por unas diminutas figuras que apenas se ven.«Respecto a las acuarelas, las podría haber situado bajo la advocación de cualquier cosa relacionada con la explosión de color, Gauguin, los fauvistas, pero Macke me atraía más para confluir con Friedrich».
El resultado final es una moneda con dos caras: una de ellas es la naturaleza exuberante y productora, y la otra es más terrible y melancólica. «Dos suites que se complementan, como un tema y su correspondiente contratema en las composiciones musicales».
Mina se confiesa como un pintor «de buen tiempo» para captar sus paisajes plagados de fuertes colores fucsias, rojos y púrpuras, «con toda la naturaleza en su esplendor».
El artista navarro leva bastantes años centrado en la acuarela, «una técnica muy complicada porque no puedes tener ni un error ya que es imposible corregirlo» Y aunque todas las pinturas corresponden a lugares reales, -Cristina Enea, Ulía, la orilla del Urumea, La Rioja, o Pamplona entre otros-, a los que ha acudido a realizar los bocetos, se convierten en figuras abstractas con sus formas silueteadas en negro.