Notas sobre "El bosque herido
El libro presenta al bosque como algo más que un paisaje magnífico. Muestra como es clave para el oxígeno que respiramos, como se le maltrata, como es un referente de vida... Realza su comportamiento como ecosistema en el que la convivencia de los seres vivos que alberga es un ejemplo para la especie humana.
En una atmósfera que envuelve, la fuerza de la poesía, su profundidad, nunca están en pugna con la claridad del texto. El autor acude a la personificación del bosque, a sus árboles, al diálogo con el lector, con la lectora, con ese tú que aparece para enfrentar las conciencias ante un desastre ecológico, el drama de los bosques aniquilados.
Mensajes lanzados directamente al corazón de la sensibilidad ante la naturaleza. Llamadas a la filosofía, la ecología, la economía (aparece una comisión de riesgos de una entidad financiera), al derecho penal como último reducto protector de lo que es decisivo para el futuro de la humanidad.
Finaliza con un largo poema, a la manera de algunos poemas de Eliot o Ashbery, con el que concluye la dimensión ética del libro: Una conferencia, una cierva que cruza un río, un cuadro de Hopper, y los valores éticos de los griegos y de ahora, y siempre volviendo al bosque, consiguen una poesía esencial.
Este libro es una apasionada defensa del Bosque y de su contribución decisiva y vital a la preservación del medio ambiente y la biodiversidad ante el desafío climático , que se cierra– como si fuera una lección magistral sobre la dimensión ética de la vida y la naturaleza– con el largo poema La profesora de ética.