El escritor navarro Mikel Alvira presentó ayer en Bilbao su nueva novela, Cuarenta días de mayo. La obra, centrada en la Pamplona de 1955, cuenta tres historias paralelas: la de Manuel Videa, activista llegado desde el otro lado de la frontera que pretende atentar contra Franco, aprovechando la visita de este a la capital navarra; la del inspector Serrano, que recibe la orden de detener el complot; y la de Margot, inflexible compañera de Manuel, que tendrá que cumplir su más difícil misión. Todo ello llevará a una creciente tensión narrativa y un laberinto de emociones que atraparán al lector durante los cuarenta días que duran los preparativos del magnicidio. El ejemplar, de la editorial Ttarttalo y de 272 páginas, se puede adquirir al precio de 20 euros. Alvira ya transitó la frontera entre dos territorios, a través del tiempo y de una saga familiar, con El silencio de las Hayas, y ahora vuelve a debatirse en otra frontera, la que separa el bien y el mal, con Cuarenta días de mayo.
Mikel Alvira cultiva el ensayo, el guión cinematográfico, la novela, el relato y la poesía. De entre los numerosos premios recibidos, destacan el Nuevo ser de Buenos Aires, el Fogon Saint Julen de París, el de Novela No Sexista del Ayuntamiento de Santurtzi, y el Internacional de Poesía de Segorbe. Hombre polifacético e inquieto, ha orientado su carrera profesional en una doble vertiente, la pedagógica y la literaria, permitiendo que su fina ironía y su sentido del humor se trasluzca en muchas de sus obras, así como su profunda reflexión sobre la condición humana.