El filósofo y escritor donostiarra Fernando Savater hizo ayer una defensa de la novela policiaca intelectual frente a la de tipo sociológico y opinó que en este género, por lo general, «cuantos más muertos hay más torpe es el autor». Savater se mostró en contra en de la «manía» de escribir novelas sobre asesinos en serie, subgénero que para él «no tiene gracia», porque considera que el «derroche de hemoglobina es un poco burdo».
Fernando Savater, quien participa en la Semana de Jorge Luis Borges que se está desarrollando en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, explicó que comparte con el autor argentino el gusto por la novela policiaca como «problema intelectual», más que como «asunto sociológico». En este sentido, Savater , ante el éxito que está teniendo entre los lectores las novelas escandinavas del género negro, consideró en conferencia de prensa que en ellas se aborda más las denuncias sociológicas que el análisis intelectual de casos criminales. «Desde el principio sabemos cuál es el culpable, el culpable es siempre el capitalismo», comentó Savater en relación a las novelas escandinavas y se mostró más próximo al tratamiento que dieron a este género pioneros como Allan Poe, Gilbert Keith Chesterton; más tarde Agatha Christie y el propio Borges; y actualmente Fred Vargas.
«Digno desde el principio»
Savater , quien dirigió hace unos años en la UIMP un curso monográfico sobre Borges, se centró en el relato policiaco del autor bonaerense e indicó que 'La muerte de la brújul' es el que «sintetiza lo que le gustaba a Borges de la novela policiaca», un género que, a su juicio, no precisa que nadie la dignifique porque «ha sido muy digno desde el principio».
Savater enfatizó que Jorge Luis Borges era «ante todo un gran lector», lo que a su juicio contrasta con la época en la que vivimos porque «ahora cada vez hay más gente que quiere escribir y menos que quiera leer», algo que considera que va en perjuicio de la calidad literaria. «Borges hacía apología del lector», insistió Savater y recordó que el autor de 'El Aleph' se enorgullecía «más de lo que había leído que de lo que había escrito».
Para Savater , «Borges era un autor total y único», cuyos ensayos y relatos estaban impregnados de poesía y su poesía llena de filosofía, y ha rechazado que fuera un autor «oscuro», porque opina que tenía una «prosa muy limpia». «Borges era complejo, pero no oscuro», concluyó Savater y matizó que el escritor argentino era «transparente», aunque «cada uno de sus libros tiene tantas capas y lecturas que es muy complejo».