La «poesía viva» de vascos y astures
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Encuentro poético vasco-asturiano. La noticia apareció en el periódico El Comercio. Participó en el encuentro el poeta miembro de la AEE/EIE Santiago Liberal.
Los versos de Mario Benedetti, Miguel de Unamuno, Pablo Neruda o Gloria Fuertes llenaron ayer los jardines del Botánico, lo hicieron en la voz de dos rapsodas vascas y con el sonido de un arpa de fondo. Un escenario perfecto, que hizo que el encuentro poético 'Xeremandia' brillara con luz propia en una mañana especialmente gris.
Aunque se leyeron obras de los grandes nombres de la poesía universal, fue ayer un día para la literatura de casa. Se recitaron muchos poemas en euskera y asturiano, se cantó una bilbainada y se habló de padres, cocina y crisis. Y es que para la bilbaína Carmen Martínez «hoy la poesía está más viva que nunca, es ahora cuando más la necesitamos». Ella y quienes la acompañaban en el recital, los vascos María Ángeles Pérez y Santiago Liberal y los asturianos Miguel Allende, Esther Prieto y Juan Acebal, quisieron destacar la belleza del lugar y la importancia de que festivales como el Arco Atlántico pongan también su mirada en la poesía, muchas veces dejada de lado por otros géneros literarios. «Con estos recitales le decimos a la gente que se sigue escribiendo buena poesía, y que se hace al lado de ellos», afirmaba Santiago Liberal, justo antes de su lectura.
El toque de humor lo puso Miguel Allende, quien recitó sus poemas de payasos y arrancó numerosas sonrisas al público con su poesía real, humilde y en asturiano, «que lo estamos perdiendo». Tampoco le faltó gracia a Juan Acebal, quien con sus poemas basados en recetas de cocina levantó numerosas carcajadas. Entre poema y poema no faltó tiempo para que el arpista Daniel de la Cuesta dejara escapar algunas notas.
Ayer el Arco Atlántico tenía al País Vasco como protagonista, si primero fue con la poesía, después con algo tan diferente como los juegos tradicionales. El soka tira, las carreras de sacos, el corte de troncos con tronzadores o el levantamiento de fardos iban a ser los reyes en el cerro de Santa Catalina, pero la lluvia obligó a un cambio de ubicación de última hora a Poniente, que no le restó gracia al espectáculo. «Esto está animado, que no se diga que la lluvia nos para», contaba José Álvarez 'Pola', presidente de Escuela de Deportes Tradicionales Seis Conceyos. Tan animado estaba que incluso algunos de los espectadores se atrevieron a hacer un tímido intento en el levantamiento de fardos. Pero el peso era demasiado, y el intento se quedó con más gracia que éxito.
Muestra en la Ciudadela
Otro de los lugares emblemáticos de Gijón que estos días es sede del certamen es la Ciudadela de Capua. Allí, con motivo del Arco Atlántico, se pueden encontrar creaciones artísticas de lo más diversas. La que más llama la atención es, sin duda, la 'Habitación sitiada por la Naturaleza', una recreación simbólica de lo que pudo haber sido un cuarto de estar de la antigua Ciudadela. La estancia está decorada y amueblada como si hubiera sobrevivido al paso del tiempo y hará sentirse a los visitantes como si viajaran a 1877, cuando fueron construidas las viviendas por el empresario Celestino Solar. Sin embargo, para recordar que el paso de los años es inevitable y que la naturaleza siempre acaba por reclamar su espacio el creador de la obra Ignacio Ganza ha incluido vegetación, que poco a poco ha invadido la estancia.
La muestra en la Ciudadela se completa con la exposición fotográfica 'Déjà Vu' de César Naves, quien pretende describir a través de instantáneas esa sensación tan familiar de ya haber vivido con anterioridad un hecho que, en realidad, es novedoso.
Hoy se pone el punto final a las actividades del Arco Atlántico. Después de una semana llena de gastronomía, juegos tradicionales, conciertos, show cookings, literatura... llega el momento de despedirse de las vecinas regiones atlánticas. Pero antes, habrá tiempo para volver a ver a las goletas y embarcaciones clásicas navegar frente a la costa gijonesa, escuchar el sonido de las gaitas y asistir al acto de clausura en la Plaza Mayor donde el himno de Asturias interpretado por el coro Cimavilla dirá adiós al festival hasta el año que viene. Eso sí, los amantes de la gastronomía portuguesa están de enhorabuena. El mercado en el Campo Valdés sigue hasta el miércoles.
2026
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- Written by Luis A. Bañeres
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Hace ya muchos años que agonizó la última bombilla. Por fin entendimos lo que nos decía la inmobiliaria que nos vendió el piso cuando hablaba de "piso soleado". Hemos descubierto que, cuando se pone el sol, las velas nos mantienen más unidos. Hablamos más, empezamos a conocernos.
El perro aún no entiende cómo le dedicamos tanto tiempo, pero se muestra encantado.
Hemos desterrado los murmullos obligados y fugaces entre vecinos en el ascensor (que ya no funciona) y ahora charlamos más. Incluso surgen tertulias de forma espontánea en el portal, donde siempre hay sillas preparadas para supervisar el paso del tiempo.
Con la crisis murieron muchas cosas que creíamos necesarias y que resultaron finalmente odiosas: auriculares, móviles, televisiones, coches, agendas, tarjetas de crédito, videoconsolas... Las prisas, el stress, el bono alemán, la prima de riesgo, la intención de voto, la hipoteca, los programas del corazón, los politonos, los bips...
Todo lo que precisaba de pilas, luz, gas...todo eso ha muerto. Sólo quedan los despertadores tradicionales y las calculadoras solares. Y se oxidan día a día.
Las industrias desaparecieron y fueron reemplazadas por artesanos. No hay transgénicos ni fechas de caducidad, ni garantías, ni imitaciones. Todo es genuino, sencillo y hecho a conciencia.
Ya no nos preocupamos de encontrar aparcamiento; y nos permitimos pasar al lado de un parquímetro, sonriendo maliciosamente. El dinero no existe, y con él se fueron los bancos y los políticos. El clero menguó hasta quedar en una magra parte vocacional.
Intercambiamos bienes y servicios y no usamos decimales.
La justicia la imparte el pueblo y todo el mundo la entiende sin necesidad de escribir leyes.
Los tomates empiezan a saber a tomate y no recordamos lo que era el ...colesterol?? Al parecer, el bífidus y el omega 3 no eran tan imprescindibles.
De todo aquello que se conocía como multimedia sólo nos quedan los libros y están debidamente ordenados en las plazas públicas para que los jóvenes, - ahora que han salido de sus universos particulares, nos miran cuando les hablamos y no están centrados en la pantalla de su móvil-, los lean y no repitan nuestros mismos errores.
Al final, tampoco fue para tanto.
Algo ha quedado claro
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Elena Moreno en El Correo del 27 de julio de 2012.
'Las flores de Baudelaire', recomendado en Babelia
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Recomendación para lectura de este verano. Para ser su primera novela no está nada mal.
Relojes
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- Written by Luis A. Bañeres
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Nada hay más silencioso que un reloj de sol.
El progreso, la prisa, la velocidad con la que una sociedad se mueve, siempre han estado ligadas a la medición del tiempo. Ha sido una obsesión constante para el hombre.
Del sol se pasó a la arena y la mecánica acabó con el silencioso transcurrir del tiempo. Los relojes empezaron a hacer tic-tac y la gente comenzó a moverse más rápido, como si sus vidas las controlase un metrónomo.
Luego vinieron los carrillones y las campanas, marcando tiempos con lentitud pero determinación militar, casi penitente, haciéndose oír aunque fuera lánguidamente.
La mecánica dio paso a la electrónica y se impusieron los bips y las melodías, los politonos, a medida que la velocidad y el stress se instalaron en nuestras vidas ante la mirada vigilante e inmisericorde de esos artilugios. El sonido pasó a ser impertinente y machacante y a él se sumaron dígitos de luz.
Aquello que había sido concebido como referencia temporal, controla y dirige hoy nuestras vidas de forma cruel.
Curioso artilugio el reloj, que aún parado tiene razón dos veces al día.